viernes, 18 de julio de 2014

El odio puede provocar severos daños en la salud.


El odio, una emoción natural, se puede manifestar en el cuerpo a través de enfermedades o síntomas cuando se acumula y no se encuentra la manera de sacarlo, por lo que afecta la salud provocando alteración en el estado de ánimo, estrés, ansiedad y depresión, aseguran expertos. Investigadores del Laboratorio de Neurobiología del University College de Londres encontraron que cuando se siente odio se activa la zona central del cerebro, conocida como putamen y la ínsula, ubicada en la superficie lateral.

 Estas áreas son las mismas que se activan cuando se siente el amor romántico. Es lógico que estás partes se estimulen porque son pasiones que pueden llevar a cometer actos tan irracionales y agresivos, explica Semir Zeki, investigador del Laboratorio de Neurobiología del University College. El odio es el producto de resentimientos, contrario al amor. Se expresa una actitud hostil, agresiva y repulsiva en contra de algo o alguien. Esta puede ser por frustraciones, rivalidades o envidia. Es un sentimiento inagotable que cuesta trabajo perdonar y olvidar. Otras afecciones que se generan cuando se siente odio son una presión sanguínea y ritmo cardiaco elevado. 

Además, tiene más posibilidades de padecer alguna enfermedad del corazón. Cuando sentimos algo negativo hacia una persona, el cuerpo entra en una lucha, esto genera cambios como el aumento de la presión sanguínea; surge la ira y el sistema inflamatorio responde a la amenaza, explica Charles Raison, director clínico del Programa Mente y Cuerpo de Emory University. Aunque en el momento no se sienten cambios físicos o síntomas en el cuerpo, si se continúa alimentando el rencor el cuerpo tarde o temprano estalla afectando a pasará la factura.

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